Trato a mi perro como un hijo, ¿es malo?

Es difícil medir el amor que sientes por tu peludo, eso lo sabemos. Desde la manera de referirte a él, hasta todos los sacrificios económicos, esfuerzos, tiempo y atenciones son como las que todos los padres de hijos humanos suelen hacer. Pero, quieres saber hasta qué punto es malo tratar a tu perro como un hijo. ¡Mira!

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Es necesario entender que todos los padres de mascotas, somos nada más eso.

10 señales de que tratas a tu perro como un hijo

 

 

1. Saludas primero a tu mascota antes que a las personas en casa: Es completamente normal que un amante de las mascotas centre toda su atención en su perro al reencontrarse con ellas luego de sus actividades diarias. Una ola de abrazos o besos ha de venir además de palabras de amor. Ya luego proseguirá a saludar al humano e iniciar una conversación.

2. Celebras todo lo que hace: De seguro le das premios a tu mascota por ser lindo, por ladrar, saltar, mover la cola, llorar, lamer, correr. Siempre encontrarás una excusa para darle un rico snack o simplemente no parar de consentirlo.

3. Fotos durmiendo: Tener tu celular lleno de fotos de tu mascota durmiendo te delatará más que nunca.

4. A dormir solo conmigo: Si encierras a tu mascota en tu cuarto para que duerma solo contigo, o te aíslas de tu entorno solo para compartir con tu peludo, ¡tienes un problema de amor excesivo!

5. Tu mascota tiene su propia red social: Si abriste un perfil para tu mascota, preocúpate, tu amor por ella está fuera de control.

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Pretender ser padre de un perro humanizado, es un error.

6. Le hablas en su propio idioma: Si le hablas a tu perro en su propio idioma, como si de verdad te entendiera, lo adoras sin medida.

7. El hablado de bebé: Si al hablar con tu perro te conviertes en algún tipo de bebé gigante, definitivamente te has convertido en un amante de las mascotas.

8. La palabra “NO”, deja de existir: Resulta imposible decir no a esos ojitos que piden más comida, que quieren más espacio en la cama o que quieren seguir jugando.

9. Adiós a tu dinero: Cuando amas en extremo a tu mascota cada peso que gastas en ella y en su bienestar no duele. De repente te vuelves fanático de cualquier accesorio, snack o deliciosa comida para ella, y simplemente se lo das porque lo vale y lo merece.

10. Sentimiento de odio cuando dicen algo sobre ella: No hay nada peor que alguien diga algo sobre tu mascota. “Bota mucho pelo”, “Es demasiado cariñoso”, “Está un poco gordo”, “huele a perro”, y miles de otras frases que te hacen recordar por qué prefieres a los animales como tu mejor amigo antes que a los humanos.

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Consecuencias para ti de tratar a tu perro como un hijo

 

Ahora, entregar amor y cuidados a tu perro es un acto bondadoso, generoso y que te hace más humano. Pero creer que realmente tu perro es una persona más, es otra cosa. Cuando pasas el límite en el que ya se convierte una obsesión el amor por tu mascota, puedes sufrir estados emocionales alterados.

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¿Es malo amar a mi perro? No, no es malo amarlo, pero hay que tener límites.

En este punto, se pueden generar afectaciones emocionales que van desde frustraciones por no obtener lo que esperan de su perro, hasta patologías como la petofilia. Esta enfermedad, ha sido estudiada por expertos, como el periodista norteamericano Jon Katz, y se identifica en personas que cruzan la línea entre el amor, y la personificación y adicción a su mascota.

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Recomendaciones sobre cómo debes tratar a tu perro

 

Es necesario entender que todos los padres de mascotas, somos nada más eso. Pretender ser padre de un perro humanizado, es el error que genera las graves consecuencias que te hemos explicado. Así que, ten en cuenta cómo tratarlo del modo correcto y sano:

  • Entrégales alimentos adecuados para ellos y en la medida justa.
  • Dedícales tiempo de juego, llévalos a caminar y proporciónales juguetes adecuados a su edad y raza.
  • Edúcalos y toma tu rol de líder de la manada, esto los estimula mentalmente y les hace sentir seguros.
  • Prémialos con snacks saludables, solo cuando realmente realicen acciones correctas en su entrenamiento y proceso de educación.
  • Mantén limpio su comedero, su lugar para dormir y enséñalo a hacer sus necesidades fuera de casa.
  • Mantén hábitos de higiene como el baño cada 30 días, péinalo y lava sus dientes unas 3 veces a la semana como mínimo.
  • Usa productos de aseo especiales para perro.
  • Lleva su plan de vacunas, desparasitación y visitas periódicas con el veterinario
  • Consiéntelo del modo correcto. Está demostrado que rascar su cabeza o panza, es interpretada por ellos como una verdadera muestra de afecto.

Entonces te preguntarás, ¿es malo amar a mi perro? No, no es malo amarlo, pero hay que tener límites y respetar su naturaleza. Si de verdad quieres que vivan todo lo que tienen que vivir, y que sean felices junto a ti y al resto de la familia, ten en cuenta toda esta información.

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